Obsesiones y Gracia
A mi amiga Anita le gusta jugar un solitario que se llama “Carta Blanca” donde si tenemos paciencia todas las cartas encajan. Me explicaba que este juego la ha ayudado mucho a entenderse a ella misma en muchas actitudes de la vida. Ciertamente no me extrañó lo que me decía, no tanto porque yo conozca bien el juego, sino porque comparto completamente que las cosas que nos pasan cada día y cada rato, son la clave de los grandes aprendizajes. Lo que me contaba mi amiga es que en la “Carta Blanca” la persona que juega tiene que ir combinando de manera concatenada unas pilas de cartas que cuando empieza el juego están completamente mezcladas. El proceso para llegar a este orden no siempre es fácil. Requiere no querer ganar la partida de inmediato y sacrificar algunas jugadas para conseguirlo. La Anita me decía que una de las claves que le ha ayudado en la vida es aprender que muchas veces, ella está segura que la mejor jugada va por un lado y finalmente sale por donde menos se imagin