La gente nos ve y después se acuerda


En un pequeño negocio de una gran ciudad una mujer menuda saluda a una clienta que no la ve porque está pendiente de lo que necesita comprar. Se trata de un servicio técnico que ofrecen en la tienda y que la clienta necesita. El técnico que solucionará el problema está con otro cliente y por tanto hay que esperar un poco, tiempo que transcurre en silencio.

Por ese local pasan muchas personas que tienen prisa, o que tienen mucho tiempo, hay de todo. Personas que son muy serias, o conversadoras, que están tristes, o malhumoradas. La señora de la tienda, quien posiblemente sea la dueña, pasa muchas horas observando a la gente que entra y espera, o que se va por no esperar. Después de los años ha aprendido a observarlos.
Finalmente la clienta es atendida y le toca pagar.
-guarde el recibo señora, puede servirle de garantía en caso de que no funcione
La clienta, en silencio, mira a la señora de la tienda quien le está entregando el recibo y ahora añade:
-aunque si lo pierde, igualmente le reconoceré la garantía
De este pequeño dialogo podría deducirse que la señora de la tienda siempre reconoce las reparaciones que se han hecho y que no pondrá obstáculo si una persona hace un reclamo. Pero curiosamente, la señora de la tienda añade de manera gratuita:
-con el tiempo he aprendido que cuando no hacemos bien las cosas, la mayoría de las veces és por ignorancia, de joven oía que los mayores decían: “estos jóvenes no saben nada de la vida” y no lo entendia y  ara ja lo he entendido, puedo reconocer a las personas que entren en mi tienda.
La señora del local, dice reconocer a la gente que entra pidiendo un servicio, es decir, se da cuenta el tipo de persona que son, distingue cuando alguien quiere tomarle el pelo o cuando sinceramente piden una reparación. Pero de todas maneras, sea como sea, ha aprendido que cuando la gente hace mal las cosas, casi siempre es por desconocimiento. Que savia mujer!!!

La clienta, que ni siquiera había mirado a la señora, se fue muy pensativa y mucho más consciente del valor de las personas que permanencen en un lugar y observan, todos aquellos que están en una portería, en las tiendas, los que abren o cierran puertas en un almacén, … y que los peatones, muchas veces no ven, porque pasan de largo. Muchas veces hay alguien que hace aseo; abre la puerta; envuelve un regalo; trabaja en un quiosco; … y ve pasar a los demás y se acuerda de ellos, los conoce y un buen día, sabe mucho de ellos!!, especialmente si ha sido o no una persona amable.


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