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Ídols socials, replantejar l’amistat

A una recent entrevista feta a la periodista xilena Elizabeth Subercaseaux a propòsit del seu llibre “Vendo casa en el barrio alto” ella asegurava que la divisió de classes produeix ressentiments, i basada aquesta afirmació en la seva pròpia experiència afegia que el seu país es un dels més classistes d’Amèrica Llatina. A Xile, com a molts paísos que han estat colònia, durant generacions el poder s’ha cautelat a les clases socials més privilegiades. Avui però aquest país, immers a la globalitat, ha d’anar renovant la manera d’enfrontar les relacions. Ni Xile ni cap país del món pot aillar-se del planeta. Una prova d’això ha estat la darrera crisi econòmica que tot i que ha canviat el món, encara no sabem amb certesa amb quina profunditat. Els especialistes es contradiuen una mica en les prediccions i potser tingui tàntes variables i condicionants que potser no es pugui, fer massa prediccions. Per exemple, si bé la crisi pot ocasionar inestabilitat i malestar, també -com tota crisi- se

Alicia i els miners de Xile

Lewis Carroll va escriure el llibre de les aventures d’Alicia al 1865 i va ser un éxit que, a més a més, ha estat un aport important a la semiótica. Tot i que la história és lúdica i que sembla per a nens, necessita interpretació. A la trama de “Les aventures d’Alicia” hi ha la pregunta per qui sóc jo i qué faig al món. La noia cau en un pou, s’enterra i després d’un llarg i sinuós viatge surt del cau havent enfortit el seu sentit: descobreix qui és. El conte d’Alicia ha tornat al cinema deprés de molts anys amb la película en tres dimensions dirigida per Tim Burton; al 1951 van ser els dibuixos clássics de Walt Disney. La identitat, entendre el propi sentit , esdevé la clau i l’eina per a no “perdre” la vida i per tant respondre a la vocació fecondament. “Estem vius els 33 al refugi”, es el missatge que escrit per un dels miners soterrats a una mina del nord de Xile, ha estat una de les millors noticies que hem rebut en els darrers temps. El text venia, com sabem, enganxat al tub que

Iniciar el camino del desapego

Las emociones no son buenas ni malas, pueden ser agradables o desagradables, pero son neutras en sí. No obstante ello, sentir rabia, por ejemplo, y canalizarla adecuadamente requiere temple, madurez y quizá haberse trabajado mucho interiormente. Lo mismo con el miedo, la tristeza, la alegría, la sorpresa o la aversión, todas ellas emociones connaturales al ser humano. No le podemos exigir a nadie que no sienta alegría si la siente, pero otra cosa es convertir esa alegría, llenarla de sentido y que penetre en nuestra conducta de manera sana. Durante mucho tiempo el mundo occidental se alejó de las emociones y aprendió a negarlas como si fueran demostración de poca racionalidad. Hoy cada vez queremos aprender más de ellas. Sabemos que es sano llorar si uno siente que lo necesita y que tan problemático es no hacerlo como hacerlo en exceso. El miedo es preventivo, nos alerta de peligros y es una manera de protegernos, pero también es una seguridad. “No te presto el auto porque tengo miedo

Después de veinte años

Me encontré con un compañero del alma después de veinte años. De manera casi anecdótica apareció en facebook. Nos habíamos dejado de saber cuando él y yo emprendimos caminos dis-pares, cada uno el suyo, ya no juntos. Con todo respeto, habíamos puesto silencio de por medio y crecimos como personas, con proyectos y compañeros de viaje acordes a las opciones. Después de veinte años, aparecidos de nuevo, con alegría inmensa, transitamos por calles y pasajes conocidos de ambas vidas, re-cordamos mucho y nos contamos, en la primera cita. En la segunda, simbólicamente, llegamos al “bosque”, a la espesura de lo no conocido, del día después de hace veinte años, llegamos al miedo, dolor en las entrañas y soledad. Miedo, dolor en las entrañas y soledad no del presente que nos abrigaba feliz, sino de lo desconocido del otro, de lo que “nos perdimos”. Miedo, dolor en las entrañas y soledad de lo que veíamos en el silencio de un parpadeo, en la espesura de la vida que no habíamos compartido con nadi

Sentido de la vida Etty Hilessum

"Busco el sentido de la vida y me pregunto si no tiene sentido en absoluto. Pero este es un tema que cada uno tiene que arreglar consigo mismo y con Dios. Tal vez cada existencia tenga su propio sentido y se necesite una vida entera para encontrarlo", es una frase de Etty Hillesum. Etty Hillesum fue una joven judía holandesa que mantuvo un diario durante la segunda guerra mundial que testimonia su propio fin en el campo de concentración de Auschwitz.A veces, en el mundo en que vivimos, se nos “olvida” profundizar, vivir, de hecho, y muchas veces, solamente sobrevivimos. Si reflexionamos las veces que se nos pasa de largo la oportunidad de disfrutar las pequeñas cosas, de amar un poco más lo que tenemos, cuidar a los más cercanos, tener un tiempo para los amigos, y para el mejor amigo, el que no nos falla, Dios. Etty Hillesum, desde un campo de concentración nos da una pista clave, la vida de cada uno es la única e irrepetible oportunidad de vivirla, de amar y de construir el

Yo puedo (no es lo mismo que "te puedo")

Invictus es el título del poema de William Ernest Henley, escrito en 1875. El autor lo escribió en inglés, su lengua, y refleja bellamente la superación del alma, el “yo puedo” íntimo que empuja al SER cuando crece y se hace transparente. Es el mismo anhelo que traspasa el corazón del abuelo que se debate entre dos lobos, uno rabioso y ambicioso y el otro sabio y lleno de amor, ante la pregunta de sus nietos: ¿Quién ganará?, responde: aquel que yo alimente. Existe en la vida el camino de la supervivencia, dominado por del miedo, camino que opta por la protección y avanza adelantando estructuras de defensa, desarrolla poder y lo anhela. También existe la superación del alma, el camino de la verdad interior, del conocimiento y la conciencia. Invictus hace referencia al segundo. Invictus es también el título de la película que refiere al Nelson Mandela y su opción por la fraternidad, pero la unidad, pero la construcción de esperanza, el camino que lleva al perdón. Invictus de William Erne

Emergència i sentit de la vida

En situacions de supervivència, les persones humanes tenim reaccions primàries que no tindríem si estiguéssim segurs que no correm perill. Durant una guerra, un terratrèmol, un huracà… sorgeixen, afortunadament, i protegeixen la vida. La reconstrucció d’una ciutat, on la natura ha aixecat la terra o ha canviat el curs d’un riu, amb la corresponent desaparició de persones, habitatges i infraestructures, comporta per als seus habitants uns canvis en l’estil de vida molt profunds. Les catàstrofes naturals constitueixen estats d’emergència que donen pas a processos que no duren uns quants dies sinó moltes vegades mesos o anys. Els supervivents d’un desastre, no ho són solament de l’emergència, sinó després també ho són, i desenvolupen maneres de seguir vivint, treballant i donant sentit a la vida d’unes maneres diferents de com ho havien fet abans de la crisi. Aquesta és una supervivència podríem dir «real», absolutament necessària i lícita. Hi hauria una altra supervivència «irreal»?